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Ampa Macarena

La realidad de los proyecto bilingües en los colegios públicos andaluces

CARTA AL DIRECTOR que ¡por fin! han publicado en "El País" el Sábado pasado 22 de Abril, relativo a una noticia publicada en el mencionado periódico el 7 de Abril.
Proximamente enviaremos a este periódico otra carta similar, firmada por la Presidenta del AMPA, para que quede más constancia.

El pasado martes 7 de marzo se publicó en este periódico (en su edición de Andalucía) un artículo complaciente sobre la enseñanza de lenguas extranjeras en la que se destacaba la situación, al parecer, envidiable en que se encuentran los centros educativos público de Andalucía. El artículo terminaba haciéndose eco del galardón recibido por la Consejería de Educación y Ciencia por la implantación de Programas bilingües en centros de educación infantil y primaria.

Aunque hay que sentirse satisfechos por esta iniciativa pública y por el galardón, no puedo dejar de denunciar, como padre de un alumno integrado en un programa bilingüe alemán en el CEIP Macarena de Sevilla, que la realidad de las denominadas enseñanzas bilingües no es tan idílica.

En efecto, las plazas del profesorado que participa en estos programas bilingües se cubren por funcionarios de la Consejería que se presentan voluntariamente, a los que se les nombra en comisión de servicios. Una vez designados, no sin dificultad sobre todo para la enseñanza del alemán, no existe ninguna bolsa de profesores interinos para cubrir sus bajas, lo que hace que ante cualquier indisposición se queden los alumnos, sin más, sin clases de idiomas por un tiempo que puede ser de días, meses o incluso para el resto del curso escolar, como sucedió en este centro el año pasado.

La solución no parece demasiado complicada, ni siquiera costosa. Basta con crear bolsas de profesores específicas para los programas bilingües. Más difícil fue convencer a la Consejería de la necesidad de trasladar nuestro colegio a las instalaciones de la calle Padre Manjón y se logró.

Con todo, esta medida no es la única que debería adoptarse. Es necesario que el profesorado que participa en estos programas, sin cuya labor e ilusión sencillamente no existirían, reciba un reconocimiento económico específico por su esfuerzo y no que, como se hace ahora, su implantación se deposite únicamente en su buena disposición y que, sobre todo, se fomente la movilidad de los profesores con centros extranjeros con lo que se conseguiría el doble objetivo de hacer que los niños cuenten con profesores nativos y permitir a nuestros profesores dominar la lengua extranjera en la que van a tener que enseñar. Si es que las autoridades educativas andaluzas quieren implantar de verdad en nuestras escuelas programas de enseñanza bilingües y no hacer meras campañas de “autobombo”.

Roberto Galán Vioque. Sevilla


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