Nos dejó Manuel Romero.
Manuel Romero, padre de nuestra compañera del AMPA Soledad Romero, ha muerto este fin de semana. Una enfermedad se ensañó con su cuerpo, pero no pudo arrebatarle su generosidad, su cariño y el amor que sentía hacia el ser humano.
Manolo colaboró intensamente con este AMPA en los momentos de nuestras más arduas reivindicaciones. Nos acompañó en manifestaciones y protestas, soportando estoicamente los rigores de este tipo de acciones, colaboró con entrega y buen humor en actividades diversas y fue una de las personas que voluntariamente se hicieron cargo de impartir clases a nuestro alumnado en la escuela paralela que el AMPA ofreció en el Centro Cívico las Sirenas, cuando las condiciones de Altos Colegios impedían una adecuada escolarización y nos arrebataron el uso del Padre Manjón.
Durante casi un año, tiempo en el que nuestra compañera Soledad se vio obligada a guardar reposo para traer al mundo a su hija Lucía, Manolo acompañó a su nieta Laura al colegio diariamente. Fuimos muchos los padres y madres que compartimos con él uno de los bancos de mampostería de Altos Colegios, mientras nuestra gente menuda asistía a los talleres y las actividades extraescolares, o nos apostábamos junto a él en la cancela esperando la salida de clase.
Allí, escuchando sus palabras, aprendíamos de la sabiduría que da la experiencia de una vida que no fue fácil para la mayoría de su generación. Enamorado hasta la médula de su mujer, tierno con sus nietas y con los niños y niñas del cole, habilidoso de manos y solidario de corazón, con un habla educada, cortés y al tiempo popular y zalamero, era todo un disfrute estar a su lado.
Hace tres años, durante la fiesta Fin de Curso, el AMPA le rindió un humilde homenaje, en el que resaltamos sus valores como “Abuelo del Cole”, sintetizando en su persona la figura de nuestros mayores, sin cuya ayuda y apoyo, la vida diaria, con sus zancadillas y tropiezos cotidianos, se nos haría mucho más dura.
Estas palabras no son una despedida, pues Manolo creía en la vida eterna. Pero quien vivió y amó con plenitud, no deja del todo la tierra, pues en ella brota sin duda la semilla de su generosidad.
Te queremos
Manolo colaboró intensamente con este AMPA en los momentos de nuestras más arduas reivindicaciones. Nos acompañó en manifestaciones y protestas, soportando estoicamente los rigores de este tipo de acciones, colaboró con entrega y buen humor en actividades diversas y fue una de las personas que voluntariamente se hicieron cargo de impartir clases a nuestro alumnado en la escuela paralela que el AMPA ofreció en el Centro Cívico las Sirenas, cuando las condiciones de Altos Colegios impedían una adecuada escolarización y nos arrebataron el uso del Padre Manjón.
Durante casi un año, tiempo en el que nuestra compañera Soledad se vio obligada a guardar reposo para traer al mundo a su hija Lucía, Manolo acompañó a su nieta Laura al colegio diariamente. Fuimos muchos los padres y madres que compartimos con él uno de los bancos de mampostería de Altos Colegios, mientras nuestra gente menuda asistía a los talleres y las actividades extraescolares, o nos apostábamos junto a él en la cancela esperando la salida de clase.
Allí, escuchando sus palabras, aprendíamos de la sabiduría que da la experiencia de una vida que no fue fácil para la mayoría de su generación. Enamorado hasta la médula de su mujer, tierno con sus nietas y con los niños y niñas del cole, habilidoso de manos y solidario de corazón, con un habla educada, cortés y al tiempo popular y zalamero, era todo un disfrute estar a su lado.
Hace tres años, durante la fiesta Fin de Curso, el AMPA le rindió un humilde homenaje, en el que resaltamos sus valores como “Abuelo del Cole”, sintetizando en su persona la figura de nuestros mayores, sin cuya ayuda y apoyo, la vida diaria, con sus zancadillas y tropiezos cotidianos, se nos haría mucho más dura.
Estas palabras no son una despedida, pues Manolo creía en la vida eterna. Pero quien vivió y amó con plenitud, no deja del todo la tierra, pues en ella brota sin duda la semilla de su generosidad.
Te queremos
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Soledad Romero -